La escultura de Jacinto Higueras Cátedra abarca más de 200 obras a lo largo de más de 55 años de creación, desde principios de los años 40 a finales de los años 90, en una pluralidad de estilos y  técnicas como bronce, piedra y madera, experimentando también con nuevos materiales; y temáticas que abarcan principalmente cinco aspectos: la libre creación y la abstracción, los monumentos, los bustos, los trofeos y medallas, y la imagen religiosa.

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Antón Farre, Revista “Personas”. Pág. 31. Madrid, 1 de septiembre de 1971.

La escultura de Jacinto Higueras Cátedra es, dentro de lo figurativo, de una gran libertad de concepción y realización. A primera vista, sus obras parecen sencillas, porque su autor se preocupa de no recargar de líneas, de no excederse en los volúmenes y no complicar los planos. En las obras de Higueras hay un desprendimiento consciente de todo lo que puede considerarse superfluo. Se va en busca únicamente de lo fundamental, de aquello que colma los sueños del artista. Pero esta misma sencillez, este desprecio por toda línea inútil, hace que las figuras adquieran una pureza y una fuerza extraordinaria. En definitiva, Higueras logra con ello una gran expresividad. La contemplación de sus obras tiene como consecuencia inmediata una emoción, despertando inmediatamente la atención del observador. Son emocionantes, en este sentido, el busto del doctor Marañón, uno de los mejor acabados que han hecho de nuestro gran intelectual. En él ha sabido captar la gran personalidad, la serenidad, la madurez, la reflexión, la vida interior de este gran personaje. Esta es una de las características más destacadas de Higueras en este tipo de obras. Higueras consigue llegar muy profundo en la personalidad de los hombres que posan ante él. Son esculturas que podríamos llamar “caracterológicas”. En esta línea están también los bustos del eminente investigador ingeniero Torroja, del maestro Sorozábal, de su hermano Modesto, uno de los hombres que más han trabajado por el teatro español en estos últimos treinta años, etc. Una de las notas que sobresalen  en las figuras humanas de Higueras es su tendencia a elevarse rápidamente desde donde se apoyan. Son como llamas que ascienden, zigzagueantes, en rápidos movimientos, desprovistas de peso, sinuosas, equilibradas y deliciosas en sus ritmos de luces y sombras. Son figuras gráciles, espirituales, llenas de vida. Las obras de Higueras, como las de todo buen artista, son fruto de la personalidad del autor, de la forma en que este entiende y se enfrenta a la vida. Higueras tiene una profunda vena poética  que le viene, quizá, desde hace muchos años, cuando recorría España, la España entrañable de nuestros pueblos, en la compañía de teatro de Federico García Lorca. Higueras tiene, por ello, una gran sensibilidad. Su poesía y sensibilidad se notan en sus obras, en sus criaturas entrañables, en las que vuelca su enorme imaginación, su ternura, su fuerza y su experiencia de artista. Por otra parte, Higueras es un hombre profundamente religioso, espiritual. De ahí que su arte rezume siempre un aire espiritual, de profundo respeto hacia el hombre. De ahí que su arte llegue a tener en ciertos momentos ciertos claros destellos de misticismo. Pero, este sentimiento religioso no le atormenta a Higueras  en su vida y en su profesión. Higueras es un hombre esperanzado, optimista, alegre y abierto a la amistad. Y sus obras se benefician plenamente de la bondad espiritual de este hombre, de este modo de ser y de sentir la vida, de su amor a su profesión, de su sensibilidad, de su experiencia y de su respeto por todo lo que hace. La visita al estudio de Jacinto Higueras nos ha dejado recuerdos excelentes. Sabemos que dentro de poco va a ofrecer una exposición de sus obras. Los grandes arquitectos con los que Higueras ha colaborado, los amantes del arte, se alegrará de la noticia. Nosotros nos alegramos también.

 

Francisco Olivares Barragán, Revista “Alto Guadalquivir”, abril 1992.

El escultor Jacinto higueras cátedra nació en Santisteban del Puerto en el año 1914. Ha realizado una gran obra, especialmente monumental, aunque no por ello, y siguiendo las huellas de su padre, Jacinto Higueras Fuentes, ha dejado el campo del retrato y la imaginería religiosa. Ha trabajado junto a renombrados arquitectos como Fisac o Torroja, y entre sus muchas obras destacan las figuras de la iglesia de Pont de Suert, en Lérida, así como el monumento al minero en Guardo, de León, con figuras y relieves alegóricos de más de cinco metros, siendo asimismo autor de la figura monumental que preside la Casa de la Cultura de Nuevo Toledo y de las dos gigantes figuras de la avenida de Oporto en Madrid. Para su pueblo natal realizó la fuente monumental dedicada a su padre que se levanta en el jardín municipal, el monumento al artillero Pedro González Cabot, que preside una plaza de la misma villa, y en otra plaza y en el lugar donde apareció la Virgen del Collado, y para conmemorar el hecho, una escultura en piedra que descansa en una columna de capitel románico, y como recuerdo del paso de Santa Teresa por Santisteban, realizó una estatua de la Santa, que hasta hace poco tiempo se conservaba en la iglesia de Santa María. Como retratista obtuvo tercera medalla nacional en el año 1948, destacando también el realizado  a José María Alvareda para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas o el de Gregorio Marañón del Hospital de Puerta de hierro, también en la capital de España. Para Jaén realizó el monumento y retrato de su padre, y que como recuerdo al escultor que tantas obras nos dejó, se erigió en una plaza de la capital. Aunque su faceta como imaginero sea la menos conocida, tiene obras de indudable mérito como un grupo del Resucitado, un Nazareno, una Virgen de los Dolores y un Crucificado, que realizó para la Semana Santa de Santisteban del Puerto. Y para la capital de la provincia fue el autor de la imagen de la Entrada de Jesús en Jerusalén y  de nuestra Señora de Belén y San Roque.  La mejor definición de su manera de hacer la tomamos de un texto de Manuel Urbano: “La escultura monumental de Higueras Cátedra, de gran sobriedad a la vez que dotada de prestancia que no renuncia a un viril encanto poético, ofrece, desde una base en el cubismo depurado, un interesante estudio de formas y líneas en su relación con planos y oquedades. Su campo es el de la figuración, nada académica ni realista, a la búsqueda de la firmeza y grandiosidad de la figura desde su propia materia, de aquí que, incluso sus trabajos libres de pequeño formato sean susceptibles de multiplicarse en ellos mismos y alcanzar la monumentalidad.

 

José Luis Chicharro Chamorro, Director del Museo de Jaén, Introducción al Catálogo de Exposiciones Antológicas en Jaén y Granada. Septiembre, octubre y noviembre 1996.

Hace algunos años tuve la ocasión de ver una obra espléndida de Jacinto Higueras Cátedra que me llamó poderosamente la atención. Se trataba de la pieza “Toro” de 1971. Desde entonces puse mi atención en otras esculturas que habían sido creadas por él. A esto se unió el hecho de que lo conociera personalmente en su pueblo de Santisteban. Fue con motivo del certamen de escultura de su padre Jacinto Higueras Fuentes. Me pareció un hombre inteligente, sencillo de maneras y dotado de una gran sensibilidad. En aquel momento le hablé de la conveniencia de que hubiera algún trabajo suyo en el Museo de Jaén. Se mostró receptivo desde el primer momento y acordamos en vernos más adelante para concretar la cuestión. De ahí surgió la propuesta de donación al Museo de su obra “El profeta” de 1970. Pieza de gran fuerza expresiva en la que la sucesión de planos y el juego de volúmenes consigue efectos plásticos significativos. En 1995 estuve en su casa en Molino de la Hoz para recoger el bronce ofrecido. Allí pude observar como Jacinto Higueras seguía trabajando a pesar de su elevada edad. La atmósfera de su tranquilo y luminoso estudio invitaba a la concentración. Las estanterías estaban llenas de bocetos de trabajo. Comprendí claramente que era muy conveniente para el artista y para su tierra andaluza acometer la tarea de una muestra antológica. La Fundación Caja de Granada por mano de su director Gerente Manuel Titos acogió con interés la idea y ahora felizmente se ha plasmado en al presente retrospectiva. Por vez primera se muestran en Jaén y Granada casi cuarenta obras levadas a cabo a lo largo del último medio siglo. Son obras variadas en donde está presente el retrato. Bien sea íntimo bien oficial. El grupo escultórico se hace evidente con variada temática: así el mundo taurino. Ahora bien, las obras de pequeño formato de tema libre son de una frescura impresionante. Aquí el artista trabaja sin estar sometido a los condicionantes de un encargo. Fluye su creatividad alegre y sin tapujos. Creo que este elemento que ahora apunto será plenamente novedoso para los visitantes de la muestra pues los que conocen la obra de este artista saben de sus trabajos bien realizados pero, con seguridad, no tan frescos y creativos como pueden ver en piezas como “Hale Hop” o “Figura negroide”. Jacinto Higueras ha trabajado mucho a lo largo de su vida unido a arquitectos como Fisac o ingenieros como Torroja. Ha acometido una faceta notable en la escultura como es la plástica en función de la arquitectura. Todavía Jacinto habla de sus proyectos de esculturas habitables como es el “Francisco de Asís” que aquí se ofrece u “Hombrarium”. La figura humana en múltiples situaciones, el desnudo, la escultura animalística también están presentes como manifestaciones claras de su buen hacer. Los materiales en que están hechas las obras son bronce, madera, cemento y hormigón. Materiales estos últimos muy propios de su vinculación a la arquitectura.  Jacinto Higueras comenzó a formarse con su padre al que le hizo un hermoso busto que hoy se encuentra en Jaén y Santisteban. Para los habitantes de la capital jiennense sería conveniente su visita junto a Correos en el ámbito de esta exposición. En la documentación de este catálogo hemos introducido la relación exhaustiva de las obras que a lo largo de la vida de Jacinto ha llevado a cabo. Este dato, más lo sugerente de la muestra, creo que invitan a escribir un estudio detenido sobre la obra de este señero artista jiennense.